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Mi madre, de Yasushi Inoue

La reseña de este mes será sobre la obra Mi madre del escritor Yasushi Inoue (1907-1991), novela autobiográfica donde Inoue comparte con sus lectores los últimos años de la vida de su madre, quien fue afectada por una seria demencia senil. En las primeras páginas del libro, el autor parte compartiendo con nosotros algunas reflexiones sobre la muerte de su padre y nos presenta un poco del contexto familiar en el que creció: el padre muere a los 80 años, dejando viuda a su mujer de 75 años. Si bien ella era una mujer relativamente sana, desde hacía un par de años antes de la muerte de su marido se hizo evidente que su memoria le jugaba malas pasadas. Eso, sumado a la preocupación de que viviera sola en un pueblo alejada de sus hijos, la familia tomó la decisión de trasladarla a vivir con su hija menor. Por supuesto, con el convivir diario se hizo aún más patente lo deteriorada que estaba su memoria. Tal como ocurre en muchas familias, inicialmente estos olvidos de algunos de los padres son tomados un poco a la ligera y terminan siendo blanco de bromas de sus hijos y nietos. Lo cual no fue distinto en este caso, hasta que comenzaron a darse cuenta de que ya no era capaz de recordar a quién había sido su marido. Es así que desde este momento tomaron el peso de la situación.

Mes tras mes, año tras año, la familia presencia el deterioro del estado metal de su madre. Acomodaron sus vidas para poder cuidarla, lo cual no fue nada fácil producto de sus porfías, sus escapes, lo cansador que resultaba tener una y otra vez las mismas conversaciones y por lo doloroso que es ver a alguien que amas tanto transformándose en una persona desconocida y que apenas te reconoce. Uno a uno fue olvidando a sus hijos, con el consiguiente dolor que eso implicó para cada uno de ellos. Y aún cuando la explicación médica puede ser entendida, para el corazón no deja de ser doloroso. En este momento es común comenzamos a preguntar, ¿por qué me olvidó a mí primero en lugar del resto de mis hermanos?


Otra característica presente en los casos de este tipo de demencia y que se refleja en el libro tiene que ver en cómo poco a poco las personas van olvidando por completo pasajes de su pasado, siguiendo en general el mismo patrón: lo más reciente, lo ocurrido hacia el final de la vida es lo primero que se esfuma, quedando solo aquellos recuerdos de la infancia, donde lo más probable es que ninguno de quienes lo rodean tienen cabida. Como dice el autor, duele el corazón como día tras día ella se va haciendo una mujer más solitaria, viviendo en un mundo que es solo real en su mente y donde ya ninguno de nosotros tiene su espacio.


Por otra parte, es lindo ver a la familia, tanto hijos y nietos, colaborar en el cuidado de la “abuela”, como todos la llamaban cariñosamente. Si bien ella prefiere vivir con una de sus hijas, los hermanos tienen la confianza para pedir ayuda cuando se veían superados. Aunque para el adulto mayor en estas condiciones puede resultar un poco desconcertante que la muevan del lugar que reconoce como su casa, es muy difícil para cualquier hijo(a) hacerse cargo 24/7 de una persona tan demandante en cuidado y atención, pese a todo el cariño que haya de por medio. Así, vemos a la abuela pasar algunas temporadas cortas en casa de sus otros hijos, siendo cuidada por ellos, sus parejas y sus nietos.


En varios momentos de la novela, el autor comparte con nosotros sus propias reflexiones o conversaciones con sus hermanos respecto a lo que sienten ante la enfermedad de su madre y sus teorías respecto a lo que le ocurre, pero todo de manera muy superficial, sin entrar en la profundidad de las emociones tras la vivencia de una situación como esta. Y en ese punto, en lo personal, la novela se queda corta. Yo llegué al libro por casualidad. Al ver que se trataba de la narración del proceso de acompañamiento del deterioro mental y físico de la madre del autor, no pude dejar de pensar en mi propia historia con mi padre quien murió hace algunos años producto de un cáncer y las repercusiones que tuvo esa enfermedad en su cerebro, por tal motivo, quise ver cómo el autor japonés abordaba el tema. Y creo que por eso, no me dejó muy satisfecha. Esperaba leer el libro que a mí me hubiese gustado escribir. Y claro, no es justo. Siempre he sentido que quiero escribir un libro acerca del proceso de la enfermedad de mi padre porque personalmente fue muy potente y transformador para mí; a través de su enfermedad, de todo lo vivido como familia, las conversaciones que se dieron producto de eso, mi padre me hizo ver muchas cosas y aun cuando el dolor me embargaba al ver que su luz se iba apagando, algo me decía que una nueva llamita se encendía en mi interior. Y como soy una persona “atormentada de sentido” como diría Fito Páez, son miles las ideas, enseñanzas, reflexiones y aprendizajes que quisiera dejar plasmados en un libro de este tipo, ya sea para ordenar mi historia como para que pueda ser un aporte a quien esté atravesando por lo mismo. En cambio, este libro es más que nada una narración de los hechos concretos y cotidianos asociados al deterioro y muerte de un ser querido. Entonces, para ser sincera, no me tocó el corazón. Incluso pensé que era el primer libro del autor y fue una sorpresa darme cuenta de que estaba equivocada y que, además, era un escritor galardonado en Japón.


Algo que me llamó la atención, y que pasó también con la novela Senos y huevos, es que al principio el libro fue concebido como un solo capítulo, una especie de ensayo acerca de la madre del autor y su deterioro. Con el pasar de los años, Inoue fue agregando dos capítulos más para complementar y darle un cierre a la novela. Para los que queremos algún día escribir un libro, es interesante la manera en cómo el escritor aborda la escritura; no necesito tener 100% claro de que tratará. Se puede partir con una parte, incluso publicar una y luego ir creando el libro definitivo.


Mi Madre nos lleva a reflexionar sobre ser testigos de la vejez y muerte de nuestros padres, situación que, por cierto, nos marcará ya que ellos fueron quienes nos permitieron entrar en este mundo concreto, el mundo de carne y hueso. Aprovecho, además, de comentar algo que creo es de vital importancia: debemos hacernos conscientes de este proceso. Mi madre siempre ha tenido un carácter muy fuerte, nada parece doblegarla, o al menos no lo demuestra. Por lo mismo, estoy tan acostumbrada a que resuelva todo y a su imagen de mujer “sin dolor”, que me relaciono con ella desde mi piloto automático, sin darme cuenta de que cada día que pasa, ella se va haciendo una mujer más vulnerable.


Pese a que el libro no llegó del todo a mi kokoro, sí me hizo reflexionar acerca de la vida. Si lo deatormentada de sentido” no es broma.

 

Yasushi Inoue fue un escritor japonés galardonado en 1949 con el Premio Akutagawa, el galardón literario más prestigioso de Japón. Si bien el libro fue escrito en 1975, fue traducido al español y publicado por la Editorial Sexto Piso en el año 2020.

 

Ficha técnica:


Título: Mi madre

Autora: Yasushi Inoue

Número de págs.: 164

Editorial: Sexto Piso

Edición: 2020

Sobre Japonistas Chile: 

 

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