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Andrea Ladino

Ser nikkei y hafu en Chile

Hace unos días cuando estaba en plena celebración de la bonenkai organizada por el grupo nikkei de Valparaíso me preguntaron por qué yo me identificaba como hafu y no precisamente como nikkei. Fue ahí que me di cuenta de que las personas no suelen ver mucha diferencia entre estos términos, o al menos no con el sentido que yo los he ido interiorizando a través de los años.

Por lo general, el término japonés nikkei (日系) se usa para designar a los inmigrantes japoneses y a su descendencia nacida fuera del país. Incluso hay sub categorías como issei (一世) la primera generación, aquella que migró de Japón; nissei (二世) la segunda generación, hijos de japoneses o al menos de un progenitor issei; sansei (三世) la tercera generación, y así sucesivamente.

Por un buen tiempo consideré a los nikkei como una comunidad bastante cerrada. Una que muy difícilmente iba poder pertenecer o identificarme algún día. Pero la verdad es que la gran mayoría de estas comunidades u organizaciones funciona, en la actualidad, como una red sólida de contactos o grupos de apoyo. La esencia de estas agrupaciones está relacionada con algo mucho más de lo biológico. Al contrario de ser solo hafu (ハーフ) o “half”, es decir, de raza mixta. Mitad japonés y mitad extranjero. Ser hafu representa para mí solo un hecho: yo soy mitad chilena y mitad japonesa. Por cierto que sé que años atrás el término hafu se usaba de forma despectiva en Japón. Y también sé que ahora se ha convertido en un modismo popular gracias a los medios de comunicación. No obstante, he optado por quedarme con la definición neutral del término.

Quizá la mayor diferencia que veo entre estos términos es que uno nace hafu, pero puede o no optar por ser nikkei. En otras palabras, no puedes cambiar tus genes, tu aspecto, tus ojos rasgados (a no ser que te sometas a una cirugía plástica, obviamente), pero si puedes identificarte en mayor o menor grado con la cultura japonesa. Es mucho más fácil sentirte conectado con Japón si tus padres han estado siempre en contacto con sus raíces o pertenecen y participan en grupos de descendientes de japoneses. De tal manera es que existen nikkei que además son hafu como también hafu que no son necesariamente nikkei.

Bajo esta perspectiva es que creo que la identidad nikkei se va adoptando con el tiempo, por tu entorno y experiencia individual y familiar. En cuanto a los hafu, cada uno verá dependiendo de las circunstancias de vida si potencia su mitad japonesa o la reniega.

No todos concuerdan conmigo, por supuesto, ya que algunos prefieren solo utilizar el término nikkei por implicar algo profundo y más ligado a la historia. Sin embargo, es un hecho innegable que todos buscamos nuestra identidad y nuestras raíces de maneras diferentes.

Por otra parte y a la par con los tiempos que corren, la generación nikkei más joven ha comenzado a reformar este concepto para transformarlo en uno más inclusivo. Tal como lo ha expresado en diversas ocasiones Akira Uchimura [1], ex presidente de la Corporación Nikkei Región de Valparaíso, la nueva generación pretende integrar bajo la noción de nikkei a todas aquellas personas que sienten un lazo fuerte con Japón y que no necesariamente posean ascendencia o descendencia japonesa.


En lo personal creo que ser hafu no es algo intrínsecamente bueno o malo. Sí debo reconocer que me ha tocado experimentar la mayor parte de las veces el lado positivo de ser mitad japonesa. Y aunque en estos últimos años he participado frecuentemente en las actividades que la comunidad nikkei organiza en mi región y he asistido a más de alguna actividad de la comunidad japonesa en Santiago, aún no puedo verme como nissei. Dicho esto, identificarme como hafu es lo que más se acomoda a mi forma de ser. Desde luego tampoco me siento 100% chilena, pese a que nací y me crié toda la vida aquí. Las burlas que sufrí de niña por tener los ojos rasgados sirvieron para que me diera cuenta temprano que no era parecida a los otros niños. No encajaba en el molde de los demás. Ni física ni psicológicamente. Pero creo que si hubiera nacido en Japón, hubiera pasado exactamente lo mismo.


Tiempo atrás vi un documental que explora la realidad de los hafu dentro y fuera de Japón. Hafu, The Mixed-Race Experience in Japan busca las respuestas a las aparentes simples preguntas: ¿Qué es ser hafu? ¿Qué significa ser japonés?



Como es natural, nunca podré responder con propiedad la última pregunta, pero sí me atrevo a definir hafu: somos los que deambulamos constantemente entre dos culturas mientras buscamos nuestro lugar en el mundo.


REFERENCIAS: [1] https://www.bcn.cl/observatorio/asiapacifico/noticias/testimonio-akira- uchimura-2015

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