Dragon Ball Super Broly, un super éxito
El pasado 10 de enero se estrenó en cines chilenos la vigésima película de la famosa franquicia Dragon Ball, la que lleva por subtítulo el nombre del personaje no canónico —hasta entonces—, más popular de la historia: Broly. Hace ya varios años que Toei Animation nos regaló a este personaje original que, en su momento se convirtió en un ícono de los villanos de la franquicia gracias a su desarrollada musculatura, su violencia sin precedentes y su capacidad de superar hasta lo insuperable. Con estas características y sin más palabras que “¡¡Kakarotoooooo!!”, Broly se transformó en un predilecto de los fanáticos, quienes no dejaron de fantasear con él a pesar de no aparecer en las páginas del manga hecho por Akira Toriyama. Hoy, varios años más tarde es el mismo mangaka quien nos sorprende regalándonos una versión canónica de este personaje que parece venir a cumplir las fantasías de todos los fanáticos. Pero ¿realmente lo hace?
Un nuevo Broly; una nueva historia
Si hay algo que hay que asumir es que definitivamente este no es el Broly de las películas; Toriyama consideró las bases de la creación de Toei en su momento, y creó a partir de eso algo totalmente diferente, con una génesis y un sentido que antes no existían, puesto que tenemos a un personaje con un origen claro, una vida trágica y un destino muy marcado que le da en sí todo el sentido que un buen personaje necesita.
Broly se nos presenta como un saiyajin “tarzanesco”, con una inocencia que puede hacernos recordar a Gokú en su infancia, y cuyo descomunal poder de pelea no opaca la sensibilidad profunda con la que, por azares del destino, nació, y que se convertiría en su mayor fuerza de voluntad. Curiosamente, no es el único que comparte esta cualidad; la película nos presenta también a Bardock y Gine, el padre y la madre de Gokú, quienes, rompiendo lo que a todas luces parece ser una regla natural de la raza saiyajin, se diferenciaron de sus pares por crear lazos afectivos. Este despliegue de sentimentalismo, que —afortunadamente— nunca cruza el límite de lo meloso, parece a ratos presentarse como un nuevo tema y móvil de la historia, pues como se ha visto en la última serie, Dragon Ball Super, incluso Vegeta se ha acercado cada vez más a su lado emocional.
Las peleas
Los combates no pueden faltar en una película de Dragon Ball. Esta cinta compensa con creces las bajas en las calidades de peleas que se han mostrado desde Dragon Ball Z: La batalla de los dioses, pasando por todo Dragon Ball Super. Tal parece que, si hay algo que Toriyama enfatizó de la primera versión de Broly, es su gran fuerza y un instinto casi animal que convierte todos sus combates en los escenarios más violentos de la serie. Incluso Masako Nozawa, actriz de voz de Gokú en Japón, destacó la brutal paliza que su personaje recibió a manos de este nuevo Broly. Para gusto de la mayoría de los fanáticos, esta cinta nos regala varios minutos de peleas adrenalínicas que, vistas y escuchadas con la calidad del cine generan el “hype” más ansiado para el fan promedio de Dragon Ball.
Freezer: las nuevas andadas del emperador
Si hay alguien a quien no hay que quitarle el ojo de encima, ese es Freezer. Por más que creamos que el gran emperador será un villano despiadado toda su vida, no hay que olvidar los últimos cursos que ha tomado su personaje desde la saga del torneo de poder en Dragon Ball Super. Esta película viene a ser la prueba de que el malvado Freezer es cada vez menos sádico, pero sí caprichoso y cada vez más payaso. Desde su deseo, hasta su magistral actuación, todo parece indicar que el desarrollo de este personaje tomará otros rumbos y sentidos, aunque por ahora esto es solo una teoría.
La película
A poco más de una semana de su estreno, Dragon Ball Super Broly ha sido un éxito absoluto en Chile y Latinoamérica, superando incluso a The Avengers, y convirtiéndose en el film más exitoso de la franquicia Dragon Ball en todo el mundo. ¿Es un éxito merecido? Siendo fiel a la verdad, esta película no rompe con el esquema clásico de las historias de la franquicia, pero es justo reconocer que, además de devolvernos las peleas épicas de antaño, es la primera vez que nos entregan un trasfondo tan completo y desarrollado como este, así como escenas conmovedoras como pocas hay en la serie. El Broly desalmado y sin sentido de la Toei Animation se ha convertido, a manos de Toriyama y Toyotaro, en uno de los personajes más complejos de la historia, con una —todavía— neutralidad que promete el regreso de este personaje en las siguientes sagas de la historia, y un desarrollo que, posiblemente estirará la serie tanto como sea posible. Mención aparte merece el dibujo, el que toma formas más redondeadas y un aire más infantil, llegando a veces decaer en calidad y nivel de detalles. Para muestra, un botón:
Por otra parte, extrañan los personajes secundarios del elenco de la serie, cuya ausencia, en cualquier caso, se justifica plenamente debido a la temática y el foco de la cinta. De todas formas, no deja de haber cierto pecado de fanservice al enfocarse —al igual que en las últimas sagas de Dragon Ball Z— únicamente en los saiyajin principales de la serie, convirtiéndose, una vez más, en un especial de Gokú y Vegeta, ahora con Freezer incluido y con Broly como la nueva estrella. Esperemos que en el futuro la trama sea capaz de abarcar también al resto de los personajes, de quienes también se espera un regreso y un desarrollo tras su participación en el torneo de poder.
Nota: 9/10
Constanza Veloso
Licenciada en Literatura y Magíster en Edición
Editora General Japonistas Chile