Santos y beatos en Japón
Este último artículo en torno a lo que fue la visita del Papa Francisco a Japón, trata sobre los ejemplos de santidad, considerando a Santos, Beatos, Venerables y a un conocido Siervo de Dios.
Santos
Japón cuenta con 41 santos; todos ellos mártires de las primeras persecuciones en el país. El primer grupo lo componen San Pablo Miki y sus 25 compañeros muertos el 5 de febrero de 1587. Este jesuita japonés fue asesinado junto con otros sacerdotes de la orden franciscana venidos de España. En este grupo están San Felipe de Jesús franciscano, de origen mexicano, y San Gonzalo García, franciscano de origen indio. Se cuenta también otro jesuita; japonés bautizado, de nombre Juan Goto. Por último, existe un grupo de laicos consagrados de San Francisco. Todos ellos fueron beatificados el 14 de septiembre de 1627, y canonizados por el Beato Pío IX el 8 de junio de 1862.
En otro grupo se encuentran San Lorenzo Ruiz, primer santo filipino, muerto en Nagasaki; y sus 15 compañeros, asesinados entre 1633 y 1637. Algunos de ellos fueron dominicos y otros laicos, consagrados de la misma orden, entre ellos también había mujeres.
Fueron beatificados el 18 de febrero de 1981 y canonizados por San Juan Pablo II el 18 de octubre de 1987.
Beatos
Esta etapa previa a la canonización cuenta con 394 beatos, superando las cifras de Corea del Sur y China.
El primer grupo es el de los 205 mártires, compuesto por el beato español Alfonso Navarrete. Muchos de los mártires son laicos y catequistas, y otros, misioneros, como jesuitas, franciscanos y dominicos. Fueron beatificados el 7 de mayo de 1867 por el Beato Pío IX.
El segundo grupo corresponde al Beato Pedro Kibe y 187 compañeros que fueron beatificados por primera vez en Nagasaki, el 24 de noviembre de 2008 por voluntad de Benedicto XVI. Este grupo lo compone este jesuita oriundo de Kibe, Urabe (Oita); lo siguen un agustino, un jesuita y 185 laicos —entre ellos madres de familias—, que no solo fueron crucificados, sino calcinados vivos en hogueras. Por último, está el Beato Justo Takayama Ukon, conocido como el samurái de Cristo. Fue perseguido por su fe y para evitar un terrible martirio fue desterrado a Filipinas, donde falleció en 1615. Tras un breve proceso que se inició en 2013, fue declarado beato por pedido del Papa Francisco el 3 de febrero de 2017 en Osaka.
Venerables y Siervo de Dios
En estos primeros pasos requeridos para ser reconocido como santo, existen solo tres personas que lo hicieron sin recibir muerte por martirio. El primero de ellos es el venerable Vicente Cimatti, quien llegó a Japón como misionero salesiano dejando un gran paso entre los que lo conocieron, y logrando hacer realidad el sueño de Don Bosco.
Está también la venerable japonesa Elisabeth María Kitahara Satoko, quien tras convertirse al catolicismo dejó una vida acomodada para servir a los pobres en un basural de Tokio.
Solamente hay un siervo de Dios: el padre Domingo Chohachi, sacerdote de Nagasaki que llegó a misionar a Brasil dejando un gran recuerdo. Todavía se encuentra en fase diocesana.
Estos tres artículos buscan dar un trasfondo acerca de la vivencia de la religión católica en Japón, sobre la que continúan existiendo varias interrogantes. Sin duda, la visita del Papa Francisco es una optima puerta de entrada a este tema que todavía es necesario seguir explorando.
Felipe Torres Comunicador y locutor radial Crítico de cine y música Equipo prensa acreditada Visita Papa Francisco Chile 2018