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Perfect Blue: la adaptación perfecta de un libro imperfecto

Tengo que admitir que soy ese tipo de persona que siempre opina que el libro es superior. Las adaptaciones de Battle Royale de Koushun Takami y Confesiones de Kanae Minato están entre mis películas favoritas de todos los tiempos. De hecho, el animé Shinsekai Yori, basado en el libro de Yusuke Kishi, es un título que siempre menciono cuando me preguntan cuáles animes todos deberían ver al menos una vez en su vida. Sin embargo, a pesar del amor que me inspiran todos estos trabajos, siempre me encuentro comparándolos con sus fuentes originales. Frases como “este detalle no sucedía hasta más adelante”, “la historia de este personaje la cambiaron totalmente”, “eso nunca pasó” es algo que mis amigos suelen escucharme decir todo el tiempo. Algunos lo encuentran curioso y les interesa saber más. Otros, con justificación, me piden que me calle de una vez y que deje disfrutar la película.


Muy pocas veces mi exigente (y algo esnob) gusto ha tenido que agachar la cabeza y admitir con total humildad que los libros no son siempre sinónimo de calidad superior. Me había sucedido antes con películas Hollywoodenses, pero nunca había sido un golpe tan bajo como cuando Satoshi Kon nos hizo un favor enorme al decidir adaptar Perfect Blue. Es más, creo que hablar de adaptación es exagerar. Sólo alguien como él pudo tomar una obra dolorosamente genérica y volverla en una obra de culto.



En mi opinión, el gran problema de Perfect Blue: Metamorfosis Completa de Yoshikazu Takeuchi es ser solo una obra promedio. Cuando vi la película por primera vez, allá por mis tiempos universitarios, descubrí que había sido adaptada de una novela publicada en 1991. Muy ilusionada y queriendo conocer el material original para comenzar mis habituales comparaciones, me dediqué a buscarlo por todo el internet. Poco demoré en saber que el libro no estaba traducido, ni siquiera por fans como ha sucedido con otras obras, tales como la misma Shinsekai Yori o Tatami Galaxy de Tomohiko Morimi. Preguntando por aquí y por allá en foros, descubrí que el consenso sobre libro se resumía en dos palabras: decepcionante y diferente. Eso no me detuvo. Simplemente concluí que se había perdido algo en la traducción o que esa aura de confusión que Satoshi Kon había logrado llevar a la pantalla era mucho más difícil de seguir cuando estaba puesta por escrito.


Sea como sea, totalmente convencida de que algún día el libro llamaría la atención de algún editor de habla hispana o inglesa, me resigné a esperar. Para mi sorpresa, hace unos dos años mis deseos fueron escuchados. La editorial norteamericana Seven Seas, quienes por lo general se dedican a la distribución de manga en Estados Unidos, decidió traducir este libro. Rápidamente me aseguré de pedir mi copia física por Amazon y procedí a leerlo apenas llegó. Debo decir que fue un tanto triste sentir mi entusiasmo apagándose al pasar las páginas.


Lo principal que deben saber al momento de comparar Perfect Blue libro con Perfect Blue la película es que Satoshi Kon toma los personajes existentes y los pone en situaciones mucho más complicadas, casi como si estuviera escribiendo un universo alterno. Por ejemplo, aunque Mima sigue siendo la protagonista, la profundidad de sus conflictos varían bastante entre cada versión. La primera diferencia que llama la atención es la actitud que toma Mima con respecto a su cambio de imagen. En la película, el drama se produce gracias a su incapacidad de integrar su vieja identidad inocente con la nueva identidad adulta que le es impuesta por los que la rodean. La Mima del libro no sufre para nada de esta complicación. Lejos de estar en un estado de confusión donde el “yo” se difumina entre lo que otros esperan y lo que ella cree ser, la Mima del libro acepta los cambios que se le ofrecen sin ningún problema. En vez de dejar la música y decantar por la actuación, ella decide seguir siendo una “idol”, pero con un gancho comercial más adulto. No hay una madurez forzada que choca con los estándares de pureza impuestos por la sociedad japonesa. Mima aquí se reinventa con un nuevo look más sexy, letras de canciones insinuantes y sesiones de fotografía al desnudo en las que participa sin ningún problema mientras sean de buen gusto.


A pesar de la violencia física y sexual que se muestra en el filme y que resulta un tanto chocante

para algunos, generalmente es aceptada como una encarnación de los ataques y presiones que sufre Mima. Aunque vemos a un acosador y a otras personas que atentan contra su integridad física y emocional, su conflicto es mayormente personal. La Mima de Takeuchi carece de esa complejidad, ya que sólo es una víctima de un asesino con la perturbadora obsesión de “ponerse en la piel” de las personas que desea. La violencia es totalmente superficial porque sólo se centra en la sangre derramada.


Tengo que admitir que hay algunos conflictos que son exclusivos del libro que me resultaron bastante interesantes. Por ejemplo, Eri Ochiai, quien en la versión del filme es una de las actrices principales de Double Bind, aquí es una idol consciente de que el sexo es un bien de intercambio para obtener lo que desea. El hecho que sea caracterizada como una adolescente en vez de una adulta, sólo hace todo el asunto más perturbador. Es lamentable que Takeuchi no logre humanizar a Eri porque simplemente se muestra como una rival celosa de Mima que busca destruir su reputación.




Otro personaje que es re-imaginado por completo es el de Rumi. Para los que han visto la película, saben que ella tiene un rol fundamental en el clímax. Aunque en las dos versiones ella es la fiel asistente de Mima, aquí su papel pasa a ser secundario y no tiene casi nada de relevancia, excepto por una oportuna intervención en el tercer acto. En vez de ser otra víctima de la cultura de las idol, aquí simplemente es una joven bonachona que admira a Mima, como tantos otros a lo largo de Japón. Porque Mima es perfecta, adorable, valiente, decidida, hermosa, etc. Toda una Mary Sue que carece de emociones negativas, aunque su carrera o, más importante, su vida corre riesgo durante toda la historia.


Sinceramente, una parte de mí rechaza este libro por las altas expectativas que tenía de él. Sin embargo, si me lo hubiera topado por casualidad, sin haber visto la película, probablemente no le habría dado mucha importancia. Es interesante, es rápido y las descripciones de la violencia no caen en lo ridículo (la mayoría de las veces). El problema es que una vez que has visto el potencial que tiene una historia así, no te puedes conformar con menos. Mientras que Kon esconde, te hace preguntar qué está sucediendo y todavía discutimos qué es real y qué no, Takeuchi nos pone todo en bandeja de plata. Lo feo, lo violento, lo asqueroso; todo está ahí y eso me impide involucrarme en la historia. Si el autor no me da el espacio para que trate de conectar las piezas, entonces no me necesita, así como creo que nunca necesité realmente un libro de Perfect Blue.



 

FICHA TÉCNICA:


Película: Perfect Blue

Año: 1998

Director: Satoshi Kon


Libro: Perfect Blue Complete Metamorphosis

Año: 1991

Autor: Yoshikazu Takeuchi



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