Audición de Murakami Ryu y los riesgos de la idealización crónica
Cuando escuchamos el apellido Murakami, es probable que automáticamente la mente de muchos lo asocie con Haruki, pero no con Ryu. Asimismo, cuando mencionamos “Audición” (オーディション, Ōdishon), lo primero que se viene a la mente no es el libro, sino la adaptación al cine por el legendario Takashi Miike en 1999. Aunque ambos reflejos son entendibles, por diversas razones, eso no le quita lo injusto de la situación.
Nacido en 1952 en Sasebo, Murakami Ryu es uno de los autores japoneses modernos más controvertidos, crudos y críticos de la sociedad de este país. Con un estilo que se mece magistralmente entre la violencia y el humor negro, Murakami ha creado una serie de obras inolvidables que nos revuelven el estómago, pero que al mismo tiempo nos fuerzan a replantearnos la manera en la que solemos idealizar Japón. Suena bien, ¿cierto? Lamentablemente, hasta hace un tiempo leer sus libros no era tarea fácil. A menos que te inclinaras por las versiones digitales, Azul casi transparente era su obra más accesible en español, mientras que toparse con una copia física con Los chicos de las taquillas o Piercing era un verdadero golpe de suerte.
Afortunadamente, el staff de Abducción Editorial parece que quiere cambiar eso y nos trae al fin y, por primera vez, en nuestro idioma el clásico Audición, publicado originalmente en 1997. Aunque la adaptación al cine es tan buena que hasta el mismo Murakami le encantó, todo fan de la literatura japonesa tiene que darle una oportunidad a esta versión. Brutal, pero deliciosamente engañosa hasta que es demasiado tarde, tal como Aoyama, no nos damos cuenta en lo que estamos metidos hasta que no hay vuelta atrás.
La trama
Audición narra la historia de Aoyama, un documentalista viudo que ve pasar los días mientras cría a su hijo adolescente Shige. Cuando este le sugiere que se vuelva a casar, Aoyama piensa que no es mala idea. Sin embargo, el sujeto es demasiado quisquilloso, por lo que su amigo Yoshikawa le propone “audicionar” posibles prospectos de esposa bajo la guisa de buscar a la nueva protagonista de una película. Aunque Aoyama tiene sus reparos sobre la moralidad de todo el asunto, rápido se olvida de ellos cuando conoce a Yamazaki Asami. Hermosa, joven, delicada y con la aparente cantidad justa de tragedia personal, la ex bailarina de ballet cautiva al viudo. A pesar de las advertencias de sus cercanos y las evidentes alertas rojas que rodean a Asami, Aoyama está decidido a ignorarlas todas y eventualmente inicia una relación con ella.
El problema es que, cuando se logra sacar la venda de los ojos, ya es demasiado tarde. La verdadera cara de la mujer no es para nada bonita. Audición es una historia que se cuece a fuego lento, pero esos capítulos finales que muestran la extensión de la obsesión de Asami son absolutamente memorables.
Ryu Murakami y el egoísmo de soñar demasiado
Es fácil clasificar Audición y cualquier otra obra de Murakami como innecesariamente violenta. Después de todo, si hay algo que sabe escribir bien son escenas perturbadoras con lujo de detalles. No obstante, estos actos son a menudo un conducto para criticar temas mucho más trascendentes.
En el caso de Audición, casi todos los personajes tienen una visión de cómo determinados aspectos de la vida deben ser y son muy críticos cuando esos estándares no se cumplen, pero, al mismo tiempo, no son capaces de reconocer sus propios defectos. Aoyama es el ejemplo más claro de esta dinámica. Aunque se muestre a sí mismo como un romántico y esposo devoto, Murakami es rápido en aclararnos que ese no es el caso. Nuestro protagonista fue un infiel descarado durante su matrimonio y el aceptar a hacer la ya nombrada audición, nos da a entender que ve a las mujeres más como una comodidad que un igual. Bajo ese prisma, volver a leer su descripción de su mujer ideal se siente como una lista de compras más que otra cosa. No hay cabida para las complejidades que vienen con la otra persona, incluso pareciera que nunca le dio cabida a su esposa para expresarlas. Esa visión unilateral es la que se convierte en su desgracia. Al fijarse solo en lo que quiere e ignorar aquello que no tiene cabida en su imagen idealizada de Asami, no es capaz de ver evitar su eventual desgracia.
Al mismo tiempo Asami es también culpable de sucumbir ante las ilusiones irrealistas. Tratando de buscar el completo opuesto de hombre que fue el abusivo esposo de su madre, ella no admite ningún defecto. Claro que se entiende que sus límites son mucho más absurdos y que su reacción a las ofensas que sufre son desproporcionadas. Aún así, Asami es simplemente una versión mucho más malvada del mismo Aoyama. En cierta forma, Murakami nos lanza un balde de agua fría y nos inspira a recordar de la forma más visceral el viejo dicho “no le hagas a otros lo que no te gustaría que te hagan a ti”.
Pensamiento finales
Agradezco poder leer finalmente Audición en nuestro idioma. Ya lo había leído en inglés, pero no es lo mismo. No solo la traducción de J.C Cortés captura el humor característico de Murakami a la perfección, sino que también ofrece la promesa de al fin poder acceder a otras obras de este autor que, hasta el momento, solo se encuentran disponibles en japonés u otros idiomas más específicos. Al contrario de Aoyama, soñaremos solo un poco para esperar que Haruki no sea el único Murakami que se apodere de las librerías chilenas en un futuro cercano.
Ficha técnica:
Título: Audición
Autor: Murakami Ryu (村上龍)
Editorial: Abducción Editorial
Año: 2021 (primera edición)
Págs.: 236
Traductor: J.C Córtes
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