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Diario de un vacío, de Yagi Emi: cuando la mentira (o la verdad) te libera

“Lo que está claro es que cuando decido emprender algo lo llevo hasta sus últimas consecuencias. Es una cuestión de carácter”


Como siempre, en Japonistas estamos constantemente buscando nuevos títulos de literatura japonesa, sobre todo cuando se trata de nuevas voces femeninas contemporáneas. Por esta razón, me sorprendí gratamente cuando vi una novela que no había escuchado antes y me alegré más todavía cuando me di cuenta de que tenía una verdadera joya entre mis manos. Diario de un vacío por Yagi Emi y traducida por Yoko Ogihara y Fernando Cordobés es una verdadera delicia que se puede encontrar en el catálogo de literatura japonesa de la editorial Temas de Hoy. Esta novela ganadora del premio Osamu Dazai explora temas como la figura de la mujer en la sociedad nipona y la maternidad, algo que hemos visto muy presente en autoras como Kawakami Mieko y Murata Sayaka. Sin embargo, Yagi impregna sus páginas con una originalidad nunca vista, en la cual abunda una ambigüedad cautivante y una mezquindad refrescante para el contexto donde la protagonista se desenvuelve.


La trama


Diario de un vacío narra la historia de Shibata, una oficinista de treinta y tantos que está harta de que se le asignen labores domésticas solo por el hecho de ser la única mujer en su lugar de trabajo. Un día, impulsivamente, se le ocurre la excusa perfecta para no tener que lavar las asquerosas tazas de café de los demás empleados: decir que no soporta el olor de estas porque está embarazada. Lo que empieza como un simple comentario termina escalando hasta cambiar por completo su estilo de vida. No solo ahora todos son considerados y amables con ella, sino que también puede disfrutar pequeños placeres que no se permitía por su trabajo. Ahora puede volver a casa temprano, tiene tiempo para preparar una cena decente y hasta puede permitirse ir a clase de pilates prenatales donde comparte con otras madres expectantes.



Esta nueva libertad es intoxicante y ella no está dispuesta a cambiarla por nada, pero hay un problema: Shibata no está embarazada. Por mucho que lo intente y se comprometa a mantener su actuación, es un hecho que a los nueve meses no habrá ningún bebé y tendrá que dar alguna explicación…¿o no? Parece que un embarazo verdadero tampoco puede descartarse del todo, porque hay momentos en los que es imposible que los otros no noten que su panza está vacía. A lo largo de la historia, nada es claro y es precisamente esta ambigüedad lo que cautiva al lector y lo mantiene interesado hasta la última página.


Yagi Emi y la tragedia del embarazo como liberación


Es fácil clasificar a Shibata como una mentirosa irredimible, y aunque su moralidad es cuestionable (incluso si su embarazo es cierto) es imposible no empatizar con ella. Un embarazo a menudo se considera como inconveniente, sobre todo en Japón donde las facilidades para criar un bebé son extremadamente limitadas. No obstante, en una oficina donde ningún hombre es capaz siquiera de prepararse un té de bolsa, esta mentira se siente más como un acto de rebeldía que puro oportunismo.

Ya con una mala experiencia en su antiguo trabajo, en el cual fue acosada sexualmente, al tomar un fingido papel de madre, la protagonista por fin reclama su sexo como una ventaja. No solo obtiene al fin el reconocimiento y buen trato que debería tener, sino que además se da el espacio suficiente para redescubrirse como persona gracias a todo el tiempo que tiene disponible. Podemos odiar a Shibata por la manera en la que engaña o se auto-engaña, pero la verdadera tragedia de Diario de un vacío es el extremo al que debe llegar una mujer para ser tratada con respeto y poder vivir su vida otra vez con alegría y gusto.


Así como sus contemporáneas, Yagi no se queda atrás comentando lo que significa ser mujer en el Japón moderno, al menos una que no se amolda al rol de esposa o madre tradicional. No solo nos muestra que es difícil navegar entre la misoginia internalizada del mundo laboral, sino que también nos deja muy en claro lo iluso que es seguir esperando que la mujer siga cumpliendo dichos roles en una sociedad que no da ninguna facilidad para lograrlo. Que Shibata vaya a ser madre o no, no es lo más importante. Lo que importa en el mundo creado por Yagi Emi es que hay un problema latente en Japón y, que a veces, requieren medidas poco ortodoxas para solucionarlo.






 

Ficha técnica:

Título original: 空芯手帳

Edición en español: Temas de hoy

Páginas: 173

Publicado en español: 2022

Sobre Japonistas Chile: 

 

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