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Si los gatos desaparecieran del mundo

Como ya he comentado en mis reseñas anteriores, soy una declarada cat lover. Por este motivo, muchos libros que he leído los he elegido solo porque en el título se hace alusión a los gatos, sin saber ni de la trama ni del autor. Solo instinto gatuno, podríamos decir. Es por ello que en esta oportunidad les presentaré Si los gatos desaparecieran del mundo, obra del escritor Genki Kawamura.




¿Qué sucedería si nos diagnosticaran una enfermedad terminal y nos dieran solo seis meses de vida? Y sumado a eso, ¿qué sucedería si el mismo diablo se nos presentara y nos ofreciera un trato para extender nuestra vida? Esto fue precisamente lo que le sucedió al protagonista, un joven japonés de 30 años que ejercía como cartero y que llevaba una vida tranquila y de pocos amigos. Un amante de las películas y dueño de Col (Repollo), un gatito que había llegado a su vida y la de su madre hacía ya varios años.


La historia comienza cuando tras meses de sentirse enfermo, al protagonista se le diagnostica un tumor cerebral y se le informa que solo le quedan seis meses de vida. Una noticia devastadora para cualquiera. Al llegar a su casa no puede dejar de pensar en qué hacer con esos seis meses y en cómo vivirlos. También en las cosas que había dejado de hacer y en las que ahora sí o sí cumpliría ante este panorama tan devastador. Entre toda su angustia, en un momento se percata que a su lado había un joven idéntico a él, salvo por la ropa que vestía. El desconocido usaba bermudas y una camisa hawaiana, mientras que él siempre usaba jeans negros y polera blanca. El asunto es que este personaje se presenta como el mismísimo diablo y le indica que había venido a visitarlo para hacerle una revelación y una propuesta.


En primer lugar, el diablo le informa que no le quedan seis meses de vida, sino que en su destino estaba escrito que al día siguiente moriría, pero como él no era tan malo, le entregaba una alternativa: le daría un día extra de vida por cada cosa que hiciera desaparecer del mundo. La única condición sería que el mismo diablo decidiría qué sería lo que se eliminaría, permitiéndole antes, disfrutar por una última vez de eso que estaba a punto de desaparecer. Esta situación es lo que da origen a la novela, en la cual se van narrando las situaciones, emociones y reflexiones del protagonista en la medida que va aceptando hacer las desapariciones solicitadas por el diablo, ganando así sus días extras de vida.

Unos de los primeros temas a los que se enfrenta el protagonista es que, si bien puede parecer muy fácil aceptar todo lo que el diablo le propusiese, en la práctica esto no era tan cierto. Si uno mira la situación desde un punto de vista “mi vida por x cosa”, evidentemente aceptar las propuestas del diablo podría resultar muy fácil y asegurarnos así bastantes años de vida. Pero en la práctica, las cosas que el diablo le propuso eliminar tenían siempre un impacto en la vida de la gente. Es más, afectaban directamente a seres que amaba e incluso a él mismo si seguía viviendo. Entonces, siempre surgía la misma pregunta, ¿vale más tu vida que la del resto de las personas?, ¿tenemos derecho a vivir a costa de la calidad de vida del resto? Mirado de esta forma, el decir que sí no era siempre una decisión tan trivial.


Por otro lado, si supiéramos que se eliminarían los teléfonos y estuviésemos conscientes de que nuestra vida pende de un hilo, ¿a quién llamaríamos por última vez?, ¿si los relojes ya no marcaran las horas, viviríamos de otra manera? O si supiéramos que nunca más volveríamos a ver una película y pudiéramos elegir la última para disfrutar, ¿cuál sería? Debo reconocer que me pillé tratando de responder estas preguntas mientras leía. Y ahondando un poco más en el tema de las películas. Si bien definitivamente podríamos sobrevivir si desaparecieran del mundo, no es menos cierto que muchas de ellas están incorporadas en nuestras vidas de maneras bastante más profundas de lo que a simple vista podemos ver. Al menos yo uso muchas frases sacadas de películas, tengo bandas sonoras que me han acompañado durante años y filmes que me han marcado para siempre. Entonces al sacar las películas de nuestra vida, no solo saldrían ellas como una cosa aislada, sino también dejarían de existir todos esos vínculos que tenemos con ellas. Este es un ejemplo de porqué para el joven protagonista terminaba no siendo tan trivial su respuesta al diablo.


Otro tema no menor que aparece entre las páginas de la novela tiene relación con los cuestionamientos acerca del sentido de la vida que podrían presentarse en un momento como ese, al estar próximos a la muerte. ¿A qué vinimos a esta vida?, ¿vivimos la vida que queríamos?, ¿fuimos capaces de hacer lo que siempre quisimos?, ¿tuvo sentido la vida que vivimos? Y, ¿cómo podemos darnos cuenta si tuvo o no un sentido?, ¿por las cosas que hicimos?, ¿por cómo somos recordados por nuestra familia, nuestros amigos? Interesantes preguntas ciertamente. Ante una situación de este tipo, no podían faltar las reflexiones acerca de las relaciones familiares, las amistades o los amores.


Es interesante observar que en esta novela el autor hace mucha referencia a la cultura occidental, hablando por ejemplo de películas de Hollywood tales como E.T y Matrix. Pero lo que más llamó mi atención es que dado que estaba leyendo un libro japonés en que se habla de la vida y la trascendencia, hubiese esperado referencias al budismo o al sintoísmo, pero no. La cosmovisión era más bien cristiana; se hablaba de Dios, el diablo, Adán, Eva e incluso Jesucristo. Es más, en uno de los capítulos se hace referencia a un viaje a Argentina sobre un tour para ir a ver el Cristo Redentor de Los Andes. ¿Por qué un japonés viajaría a ver el Cristo Redentor, pensé? Luego recordé que hice un tremendo viaje para, entre otras cosas, entrar a un templo budista.



¿Y qué tienen que ver los gatos en todo esto?

En la medida que avanza la novela, vamos conociendo más sobre la relación del narrador con los gatos y cómo los felinos están presentes en la historia de su familia y en los recuerdos que él conserva de su ya fallecida madre. A parte de eso, vemos que su gato, Col (Repollo), lo acompaña en este proceso y cómo para el protagonista compartir con su peludo amigo –al acariciarlo, al escucharlo ronronear– le trae algo de alivio en los momentos difíciles que vive. Imaginen entonces su reacción cuando el diablo le propone eliminar a los gatos del mundo.


Si los gatos desaparecieran del mundo es una novela liviana y de fácil lectura, estructurada en siete capítulos, en donde en cada uno de estos se va haciendo una reflexión respecto a las implicancias en el mundo de las propuestas realizadas por el diablo, así como también las reflexiones propias acerca de la vida del protagonista que está muy consciente que está próximo a la muerte. La liviandad es aportada en gran parte por el diablo, cuya personalidad es bastante simpática, lúdica y políticamente incorrecta, quien se presenta día a día a hacer sus propuestas vestido en unas tenidas estrafalarias y aportando diálogos muy graciosos para un tema tan denso.

De manera muy sutil la novela, hace además una crítica al nivel de cosas que la humanidad ha llegado a fabricar. Es más, es por eso que Dios le da la posibilidad al diablo de negociar días extras de vida: para tratar de vaciar un poco el mundo de tanta cosa que hay. El tema es que muchas de las cosas que hemos ido creando se han enraizado tanto en nuestras vidas, en nuestro modo de vivir y que al eliminarlas no solo se elimina la cosa de manera aislada, sino que todo lo vinculado a eso, lo cual termina haciendo difícil nuestra decisión de “limpiar”. Hay que practicar el desapego, dirían por ahí. Pero como dijo Morfeo en Matrix, “Hay una gran diferencia entre conocer el camino y andar el camino”.


A pesar de lo complejo que pueda parecer el tema, el autor se las ingenia para hacernos reflexionar de una manera liviana acerca de la vida, la muerte, nuestra trascendencia, nuestros vínculos tanto con los amigos y familia, como con otros seres y objetos con los que compartimos el mundo. Claro, puede que esté lleno de lugares comunes respecto a lo que habitualmente se puede reflexionar acerca de estos temas, pero la novela no pretender ser un libro de auto ayuda, al contrario, solo quiere dejarte semillas en tu mente con pequeñas reflexiones que lo más probable no duren más allá de sus páginas. Pero vale la pena. No todo aprendizaje viene necesariamente de la profundidad.

 

Ficha técnica:

Titulo: Si los gatos desaparecieran del mundo

Titulo original: Sekai Kara Neko Ga Kieta Nara

Autor: Genki Kawamura

Número de páginas: 176

Editorial: Alianza

Sobre Japonistas Chile: 

 

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