Felipe Torres
- 18 may 2019
- 2 Min. de lectura

Comentario sobre Ryuichi Sakamoto: Coda

En la reciente versión número 15 del Festival de Cine Musical INEDIT en Chile durante uno de esos días se estrenó el documental de Stephen Nomura Schible, Ryuichi Sakamoto: Coda, sobre la vida del compositor homónimo.

Todo ocurre en las ciudades de Miyagi y Fukushima, cuando este protagonista toca un piano arrasado por el tsunami ocurrido en 2011, y poco después realiza un concierto en favor a los damnificados. Así comienza este registro cinematográfico.

El documental posee un tono algo melancólico y triste, pues Ryuichi fue diagnosticado de cáncer y en medio de todo esto, paso a paso, realizaba sus tratamientos. A pesar de ello, siguió trabajando en sus composiciones y en la captura de sonidos a su alrededor. Recuerda también sus primeros trabajos como miembro del grupo musical Yellow Magic Orchestra, así como sus composiciones en películas como The Revenant (2016), Solaris, Navidad Mr. Lawarence (1983), El último emperador (1987), El cielo protector (1990) y Life, life (2017).

Por último, creó a finales del 90 un aria llamado Oppenheimer’s Aria, que formó parte de su musical, LIFE, donde narra la presencia nuclear de Japón tras la bomba atómica de 1945, por eso asiste a múltiples marchas en contra de la energía nuclear, que todavía sigue dando que hablar.

Como puede apreciarse, Sakamoto fue un artista con una “vida múltiple”, basándose en la música y en sus sentimientos. Una de las virtudes más peculiares que posee es su intento de ser como Bach y Tarkovsky, pero con su sello propio. Durante todo el documental captura sonidos del agua, pájaros, cosas metálicas y otros para formar una nueva pieza musical y crea un rasgo muy novedoso en torno a esta búsqueda natural del sonido.

Definitivamente se trata de una obra artística reconocida y alabada, siendo galardonada como mejor documental extranjero elegido por el público.

Este tipo de cine arte es digno de ser rescatado y divulgado en el mundo de la música y en espacios como INEDIT, que sin duda es un panorama real.