Gokushufudo: el yakuza amo de casa de Kousuke Oono

Roles de género, ¿qué es eso?

Cuando de trata de cómics de comedia, mis favoritos son los que vuelven cosas cotidianas en hazañas increíbles. Me encanta cuando los personajes se toman muy en serio situaciones que en realidad no lo son tanto. Esa exageración casi inocente no sólo me hace reír, sino también me hace sentir un tanto enternecida. Es por esta razón que cuando supe de Yakuza: amo de casa (publicado por Ivrea), supe que había encontrado algo que podía agradarme.

Siendo sincera, el tema de los yakuza no me llama mucho la atención, al menos desde un punto de vista ficticio. He leído sobre ellos por un asunto cultural, pero nunca he buscado activamente mangas con este tipo de personajes. Sin embargo, Tatsu, el protagonista de Yakuza: amo de casa es algo como lo que nunca has visto y se agradece en muchos niveles.

La historia de Gokushufudo (título original) se centra en Tatsu, un legendario yakuza retirado que ahora se dedica a vivir una sencilla vida doméstica con su esposa Miku. Lejos de volverse el principal proveedor del hogar, tal como lo dictaría la sociedad japonesa, su esposa es la que trabaja y él se queda en casa. Tatsu es feliz utilizando el tiempo que le entrega su retiro para hacer labores domésticas, ir a juntas de vecinos, buscar descuentos en las tiendas, practicar nuevas recetas y hacer manualidades.

Tatsu tiene una habilidad innata para hacer postres de cafetería en los lugares menos esperados.

Algunos podrían pensar que la comedia de este manga se centra en la reticencia o la torpeza con la que Tatsu navega un mundo que socialmente se estima como femenino, pero ese no es para nada el caso. Tatsu se toma tan en serio todas sus tareas como lo haría cualquier subordinado yakuza. Su dedicación extrema es divertida, pero también conmovedora. No sé si este personaje siempre ha tenido una inclinación por lo doméstico, pese a que los caminos de la vida lo llevaron a ser un delincuente; o si la candidez de la vida del amo de casa es un cambio que añoraba, sin embargo, se nota que Tatchan (como lo apoda su esposa), se siente realizado con su nuevo rol. Aunque claro, la cara de yakuzano se la quita nadie y si alguien osa a desestimar el esfuerzo que implica sacar adelante una casa, Tatsu es rápido en demostrar lo contrario, ya sea preparando sus mejores postres o compartiendo las bondades de las rebajas con sus antiguos rivales.

No se equivoquen. No es una reunión de Nerv. Es la asociación del vecindario.

Gokushufudo es un manga que siempre está rompiendo las expectativas que tenemos de los típicos personajes que encontramos en el anime e, incluso, en la sociedad japonesa. Y no sólo Tatsu sale del molde, su esposa Miku por fuera es el epítome de la mujer centrada en su carrera, pero en la intimidad de su casa es una otaku, mientras que las otras amas de casa se muestran extremadamente serias sobre sus labores, al punto de parecer verdaderos jefes de la mafia. Los yakuzas son temibles, pero también adoran a sus mascotas y las consienten con chalequitos tejidos a mano.

Obviamente, sabemos que la sociedad japonesa está a años luz de alcanzar la aceptación que Gokushufudo muestra. Después de todo, no está demás decir que a pesar de lo mucho que idolatramos este país, el tema de la discriminación aún es un asunto serio. No sólo la mujer debe cumplir un rol servicial y convencionalmente femenino, sino que además el hombre debe cumplir con un estándar que no siempre se acomoda con su verdadera personalidad o intereses. Un tipo que aún tiene pinta de yakuza y anda con un delantal de perrito es posible que nunca lo veamos por las calles de Tokio, pero sí abre las puertas para pensar que quizá todos deberíamos olvidar un poco lo que nos dicte la sociedad y comenzar a hacer lo que realmente nos gusta, aunque eso sea preparar obentos a punta de espadas wakizashi.

Obento para la esposa kawaii y letal.